Hay una frase “No estamos ante una época de cambio, sino ante un cambio de época” que creo que describe muy bien la situación actual. Sus implicaciones son enormes y apenas estamos empezando a vislumbrar las primeras de ellas. Nadie duda de que caminamos hacia un entorno donde captar y gestionar el talento mejor que la competencia es lo que marcará la supervivencia, o no, de las compañías.
Algunos empresarios ya tienen clara esta idea, pero su situación y/o incertidumbre sobre el futuro, no hace aconsejable cargar su estructura de costes fijos con nuevo personal de alto nivel. Y ello, a pesar de ser muy conscientes de la necesidad de reforzar la dirección de algún área de su compañía, de abordar nuevos proyectos, o de desear la necesaria reinvención y transformación de su compañía.
El nuevo entorno nos obliga a encontrar nuevas fórmulas y a abordar de manera diferente los retos y problemas. Un ejemplo de este nuevo enfoque es la figura del “Interim Manager” (IM) que hoy voy a explicarles.
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